Kalanchoe: flores resistentes

Kalanchoe: flores resistentes

El kalanchoe, muy popular por sus flores, tanto puede vivir en el interior de tu hogar como en el jardín. Pertenece a las crasuláceas, un tipo de plantas que tienen tallos, hojas o raíces más gruesas de lo normal porque acumulan agua para sobrevivir a una posible sequía. Cuenta con más de 200 especies pero la más conocida es la blossfeldiana. Sus llamativas flores pueden ser de muchos colores, desde el amarillo al violeta y florecen en primavera para llegar a durar hasta cinco meses.

Una de las ventajas que ofrece el kalanchoe a los no expertos en jardinería es que necesita muy pocos cuidados para su cultivo, ya que es una planta extremadamente resistente. Solo tenemos que fertilizarla aproximadamente cada  dos semanas y vigilar que esté a la luz si la tenemos en el interior de la casa o en sombra-semisombra si la plantamos en el jardín. También es importante que la situemos en algún lugar no muy frío y con un plato debajo de su maceta para asegurarnos  que  su sustrato esté siempre húmedo.

En cuanto a posibles plagas y enfermedades, el kalanchoe es una planta muy fuerte que solo puede verse afectada esporádicamente por pulgones o cochinillas, que podremos combatir fácilmente con insecticidas específicos. Si no está colocada en un lugar bien ventilado también puede sufrir la presencia de un hongo conocido como mildiu.

La reproducción del Kalanchoe se hace de manera muy fácil mediante esquejes que se cortan de 7 ó 8 centímetros en primavera y que, después de esperar a que cicatrice la zona de corte, se plantan en un sustrato de turba, arena y mantillo bien drenado. Cuando las nuevas plantas ya tengan raíces, las trasplantaremos a una  maceta con tierra para cactus. Si lo preferimos, también podemos reproducir el kalanchoe por semillas, en semilleros colocados en el interior y con una temperatura estable de unos 20 grados.

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